Directo al Paladar
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“¿Qué importa si el tiempo avanza, si hoy estoy tomándome una cerveza?” esta frase, que se atribuye a Edgar Allan Poe, refleja a la perfección la sensación, cuando disfrutamos, de que el tiempo se detiene.

Organizar una cata de cerveza en casa es una oportunidad para descubrir aromas, sabores, colores y matices. Para explorar nuestros propios gustos y conocer los de los demás. Pero también para improvisar, aprender, expresarnos, crear, jugar… Solo necesitamos un poco de planificación y abrazar la filosofía de Cervezas Alhambra; parar más, sentir más, para deleitarnos con cada sorbo, cada bocado y cada sonrisa compartida.

Algunas decisiones previas

Se suelen recomendar un mínimo de 4 invitados y un máximo de 10 para realizar una cata cómoda y amena, pero todo depende del espacio del que dispongamos y, sobre todo, de esas personas especiales con los que nos apetezca vivir la experiencia.

¿Cuántos tipos de cerveza comprar? Tres o cuatro variedades son perfectas para probar diferentes sabores sin saturar el paladar, y una botella de cada especialidad para dos personas suficiente para la degustación, aunque siempre puedes añadir alguna más para el maridaje o la cena.

Elige un tema que sirva como hilo conductor. Por ejemplo, diferentes estilos de Cervezas Alhambra. Así podrás adaptarte a los gustos de tus invitados, dependiendo de si son clásicos, prefieren los sabores intensos o les gusta probar cosas nuevas. Dos cervezas icónicas, como Alhambra Reserva 1925 y Alhambra Reserva Roja, son ideales para introducirse en el maridaje y un buen punto de partida para experimentar con otras especialidades.

Escogiendo cervezas únicas

Los maestros cerveceros de Cervezas Alhambra han reinterpretado en Alhambra Reserva 1925 el estilo Amber Lager, seleccionando el lúpulo Saaz que le da un carácter intenso, mucho cuerpo y un perfecto equilibrio entre amargor y dulce.

La armonía y la proporción están presentes en su creación, al igual que en las decoraciones geométricas que se encuentran en La Alhambra, el monumento emblemático con el que Cervezas Alhambra comparte el amor por las cosas bien hechas, que perduran en el tiempo.

 

Los seres humanos aprendemos mejor a través de las emociones, y para eso, nada como conocer el origen de las cervezas que vamos a probar, especialmente cuando se elaboran con maestría y dedicación desde 1925 y están vinculadas a una ciudad tan llena de arte, pasión y vida como la maravillosa Granada.

Alhambra Reserva Roja está inspirada en el estilo Bock Lager tradicional, lo que le confiere mayor graduación e intensidad y la llena de delicados matices, que se perciben entre la amplitud de su singular sabor a malta. Su color rojizo recuerda a las densas bock centroeuropeas, y nos lleva de nuevo a La Alhambra, que en árabe significa Castillo Rojo, a sus secretos y celosías que también encontramos en forma de icono en Alhambra Especial. Una cerveza más suave, de estilo Lager Pilsner Alemán, que cuenta con una cuidada selección de lúpulo y maltas de cebada, y resulta perfecta para añadir al inicio de nuestra degustación.

Cómo servir para disfrutar

Antes de empezar tendrás que tener en cuenta la temperatura de servicio ideal de cada cerveza. No siempre tiene que estar muy fría. Para Alhambra Reserva 1925 y Alhambra Especial es de 4-6 ºC, en Alhambra Reserva Roja de 6-8 ºC, pero una cerveza de carácter maltoso como Alhambra Baltic Porter requiere una temperatura de 10-14 ºC. Las neveras convencionales suelen estar a 5 ºC, pero puedes ajustar la temperatura dejando reposar fuera del frigorífico las variedades que lo necesiten.

Tanto si eliges utilizar vasos de cata, como copas, deben tener la anchura suficiente para favorecer el desarrollo de los aromas. En cervezas como Alhambra Reserva Roja estos aromas están llenos de detalles, que adelantan los matices de sabor que estamos a punto de descubrir. Sus notas a cereal tostado y manzana verde están envueltas en una elegante fragancia a alcohol y son el fruto de una fermentación larga, que se ha tomado su tiempo. El mismo tiempo que nos invita a pararnos, oler, y empezar a disfrutar incluso antes del primer sorbo.

El aroma de Alhambra Reserva 1925 también es intenso, pero alberga en su interior un suave tono afrutado con notas sutiles de cereal y los toques ligeramente florales y especiados que le confieren el lúpulo Saaz.

Es importante servir la cerveza correctamente, mojando la copa e inclinándola siempre en un ángulo de 45 grados. Unos tres dedos serán una medida óptima para la degustación

Dispón las cervezas en orden de menor a mayor intensidad de sabor. Para guiarte de forma sencilla, escoge un solo criterio y empieza por las menos amargas al principio o las que tengan menor graduación alcohólica. Por ejemplo, en primer lugar Alhambra Especial con un 5.4% vol., segundo Alhambra Reserva 1925 con 6,4% vol., tercero Alhambra Reserva Roja con 7,2% vol. y por último Alhambra Baltic Porter con 7,8% vol., que con sus notas tostadas a café y chocolate aporta un ligero dulzor perfecto como regusto final.

Maridajes que transforman la cata en velada gastronómica

La degustación de cada variedad de cerveza en una cata se compone de tres fases: la visual, en la que analizaremos su color, su transparencia o la consistencia de la espuma. La olfativa, para dejarnos envolver por todos los aromas que anticipan los sabores que vamos a probar. Y la fase de boca, donde explorar en el primer trago su amargor, dulzor, textura o acidez, y los diversos recuerdos que deja al final, a cardamomo, cereales, malta, cacao.

Se recomienda entre cada especialidad picar alguna tostada o bastoncillo salado para limpiar el paladar, pero ¿y si añadimos algunas platos deliciosos que realcen o intensifiquen el sabor de cada cerveza? La cata planeada se transformará en un momento de disfrute completo, en el que cada sorbo y cada bocado enriquecerán la experiencia.

Unas tostas de lacón con queso de tetilla y mermelada de tomate, con sus contrastes salados, complementan el amargor moderado y ligero dulzor de Alhambra Reserva 1925, que se eleva también con aperitivos salados, como las almendras fritas, y recetas de carnes suaves o pescados blancos.

Los quesos azules o muy curados son ideales para realzar los sabores a caramelo y grano de una Alhambra Reserva Roja. Su grado alcohólico ayuda a limpiar el paladar y armoniza con los alimentos de sabores más fuertes o con un alto contenido graso, desde una buena tabla de embutidos hasta un guiso de rabo de toro a la cerveza. Sus notas tostadas combinan perfectamente con los sabores caramelizados de la carne guisada y con vegetales como los espárragos trigueros y la setas.

Si añades aguacate a la típica ensaladilla rusa podréis apreciar mejor los sutiles matices de una Alhambra Especial que se despliegan en tapas tan sencillas como unas patatas bravas y brillan con preparaciones ligeras a la plancha, de verduras o pescado.

Postres con cerveza Alhambra

¿Te apasiona el chocolate? Entonces atrévete a finalizar la degustación con un postre cremoso que lo tenga como protagonista, maridado con una Alhambra Baltic Porter.

Una cerveza aromática y de carácter maltoso, que potencia sus notas ahumadas cuando se acompaña de un dulce. El broche de oro para una velada que seguro que quedará en el recuerdo y que puede ser el inicio de otras muchas.

Reuniones en las que paramos el tiempo para experimentar nuevas sensaciones y convertimos el final de un día cualquiera en un momento único. Tardes para redescubrir algo tan cotidiano como tomar una cerveza. Porque esa es la esencia de la cata, pero también la de la vida. Dejar de mirar para empezar a ver, enamorarnos de los detalles que nos rodean y sorprender a nuestros sentidos con aromas, sabores y colores en los que nunca habíamos reparado.