Directo al Paladar
Contenidos contratados por la marca que se menciona

+info

Un buen producto es la base esencial de cualquier receta. Lo saben bien los grandes chefs, que no dejan al azar los ingredientes que llegan a sus cocinas, y saben a dónde acudir en busca de la mejor materia prima. Y cuando se trata de marisco, Galicia es el lugar de peregrinaje de quienes buscan todo el sabor del Atlántico en la mesa, con elaboraciones de alma sencilla, pero que no necesitan florituras para seducir a todos los paladares.

Es el caso de un plato tan tradicional como las almejas a la marinera, un guiso de apariencia humilde, pero que convierte cualquier día en una celebración. Su receta, cuyos orígenes se pierden en la memoria de sus gentes, es un reflejo de la propia cultura y el buen hacer del pueblo gallego, una tierra de contrastes en la que la gastronomía cobra una identidad propia, ligada a la vida marinera y el paisaje único de un litoral atravesado por las inconfundibles rías que abrazan sus costas.

El amor por la materia prima local queda patente en la cocina cotidiana de las casas y también de locales de todo tipo y condición, desde el bar más humilde hasta los más reputados restaurantes. De la misma forma que los maestros cerveceros de Cervezas Alhambra escogen con mimo los mejores ingredientes para desarrollar sus creaciones, sin perder nunca de vista los orígenes más artesanales para explorar experiencias nuevas, la cocina gallega ha sabido mantenerse fiel a su tradición sin estancarse.

Por eso no nos extraña que recetas como el famoso pulpo a feira o la golosa tarta de Santiago hayan traspasado sus fronteras, y ya es habitual encontrar propuestas como las almejas a la marinera en menús de todo el país. Quizá parte de su éxito reside en el carácter versátil de este plato, perfecto para compartir con una copa de Alhambra Reserva 1925 a la hora del aperitivo, pero también para disfrutar con el protagonismo que se merece como estrella de una comida familiar o una cena con amigos.

Cualquier momento es bueno para dejarse llevar por los sabores de las rías gallegas, y descubrir cómo se adaptan con equilibrio a la tradición culinaria de otras regiones. Para degustar todos sus matices solo hace falta escoger la mejor materia prima, almejas locales bien frescas de temporada, y tratarlas con delicadeza, dedicándoles el tiempo que necesitan para limpiarlas bien, sin prisas. La salsa que las acompaña no tiene ninguna complicación, pero necesita cocinarse suavemente para alcanzar ese punto de melosidad y puro sabor a mar que te obligará a tener buen pan en la mesa para dejar los platos limpios.

Puedes preparar el plato con cualquiera de las variedades de almejas que se producen en las rías gallegas, desde la elegante fina de Carril hasta la sabrosa japónica, sin olvidar la rubia o la codiciada babosa, de sabor intenso. Y, como se hace en cada familia gallega, no temas en darle tu toque personal al plato, por ejemplo potenciando el picante o usando un fino de Jerez en lugar de vino blanco. Pruébala también con otros moluscos bivalvos de temporada, como chirlas, berberechos o unas ricas coquinas.

Ingredientes para 6 personas

  • 2 kg de almeja gallega
  • 1 hoja de laurel
  • 2 cebollas
  • 3 dientes de ajo sin el germen
  • 1 guindilla roja (opcional)
  • 2 cucharaditas de pimentón ahumado
  • 2 cucharadas de harina
  • 3 cucharadas de tomate frito
  • 250 ml de vino blanco
  • Perejil fresco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Elaboración de la receta paso a paso

Comenzamos sumergiendo previamente las almejas en agua salada entre dos y cuatro horas, dejándolas en la nevera y cambiando el agua cada 30 minutos, para extraer la arena y la suciedad. Antes de cocinarlas, las escurrimos y las enjuagamos bien bajo el grifo.

Calentamos en una cazuela grande un dedo de agua con la mitad del vino y la hoja de laurel. En el momento en el que rompa a hervir, añadimos las almejas, tapamos y dejamos cocer a fuego medio hasta que se abran.

En ese momento, destapamos, colamos el caldo con cuidado y lo reservamos. Separamos y reservamos en una fuente también las almejas, desechando los posibles ejemplares que no se hayan abierto.

Para la salsa, picamos finamente las cebollas, los ajos sin el germen y la guindilla sin las semillas, para que no pique tanto.

Pochamos estos ingredientes en una cazuela ancha con un fondo de aceite de oliva, a fuego suave, hasta que estén tiernos. Añadimos el pimentón, mezclando rápidamente para que no se queme, y echamos la harina, removiendo también al momento para que se tueste un poco.

A continuación, agregamos el tomate frito y el resto del vino. Cuando se evapore el alcohol, echamos el caldo reservado y un puñado de perejil picado. Cocemos suavemente, dejando que la salsa reduzca y espese un poco, durante unos 10 minutos.

Finalmente, incorporamos las almejas y cocinamos el conjunto durante unos 3-4 minutos más. Rectificamos de sal y añadimos más perejil fresco picado al gusto, justo antes de servir.

Con qué acompañar las almejas a la marinera

Tradicionalmente, las almejas a la marinera se sirven en una cazuela de barro y se llevan bien calientes a la mesa, donde esperan los comensales mientras los sugerentes aromas van estimulando todos los sentidos. El intenso sabor característico de esta receta marida a la perfección con el sabor consistente y la complejidad aromática de Alhambra Reserva 1925. La esencia atlántica, con su toque ligeramente picante y el sabor ahumado del pimentón, realzarán los aromas florales y el frescor equilibrado de esta cerveza.

Añade una buena hogaza de pan artesano en la mesa y olvida los convencionalismos para disfrutar al máximo de la sabrosísima salsa que merece la pena saborear sin prisas para apreciar todos sus matices. Con una ensalada con productos de temporada y algún plato de verduras, por ejemplo unas alcachofas, las puedes convertir en el plato principal de cualquier menú de comida o cena.

Otros platos con almejas y platos marineros

Sabrosa, nutritiva y muy agradecida, la almeja se presta a otras muchas elaboraciones de tradición muy nuestra, por ejemplo al ajillo o al pil pil. Aprovéchala también en recetas de paellas y arroces secos o caldosos, o añádela a una reconfortante sopa de marisco. También es un producto magnífico para enriquecer guisos de pescado, como un rape en salsa verde, o cazuelas y zarzuelas con marisco.